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viernes, 8 de marzo de 2013

Rebelión de Boné, Alicante 1844


8 de marzo de 1844.-



      En Alicante se produce un alzamiento liberal conocido como Rebelión de Boné. La rebelión de Boné fue una sublevación surgida en la ciudad de Alicante (España), durante la regencia de Espartero. La rebelión, liderada por el coronel de caballería y comandante de carabineros Pantaleón Boné, consistió en el levantamiento popular de ciudadanos liberales progresistas, que exigían una serie de mejoras políticas, económicas y sociales frente al autoritarismo que adquiría el mandato del General Espartero.


El general Baldomero Espartero, cuyas políticas impulsaron la sublevación de Boné






     Pantaleón Boné, llegó a Alicante procedente de Valencia, con 150 carabineros de infantería, 50 de caballería y un batallón de infantería del regimiento Saboya. Los primeros días de la sublevación  los empleó para conseguir apoyos de oficiales de la guarnición de la ciudad y del Castillo de Santa Bárbara, del cual se apoderó en la tarde de ese último día. El pronunciamiento liberal que había triunfado en Alicante, fue el aval para extender la revuelta por toda la provincia de Alicante. La idea era hacerse con las ciudades de Albacete, Murcia, Almería y Málaga, donde ya habían preparado al cabecilla de cada zona, y en la que quedaría Pantaleón Boné como jefe absoluto de Alicante. Entre las medidas que Boné tomó como máxima autoridad de la ciudad, encontramos la creación de la Iglesia de Santo Domingo como tahona, la petición de alimentos a los comerciantes de la ciudad para abastecer a los residentes en el Castillo de Santa Bárbara donde estaba recluída gran parte de la población, además de los detenidos.


Cañones del castillo de Santa Bárbara.




      Con el control total de Alicante, considerada plaza fuerte al estar completamente amurallada, dispuso importantes refuerzos en el Castillo de Santa Bárbara, Castillo de San Fernando, y en el baluarte de San Carlos.  El líder Boné se vio obligado a gestionar en pocos días una importante estrategia en tropas, dinero, alimentos y armas. Además realizó varios desplazamientos a diferentes puntos de la provincia para tratar de asegurar las defensas y mantener la moral de sus oficiales y soldados.
 El capitán general de Valencia, Federico Roncali, hombre de máxima confianza de Baldomero Espartero se desplazó a tierras alicantinas, donde colocó su cuartel general en Villafranqueza, y  sitió la ciudad alicantina por tierra y por mar con un buque que bombardeaba la ciudad.


Ejecución de Boné y sus compañeros.


      Entre Elda y Petrer se produjo una violenta escaramuza entre tropas de Boné y el ejército del General Pardo, subordinado de Roncali, en la que cayeron presos hombres importantes de Boné como el teniente coronel capitán Ildefonso Basilio, el comandante José Mena, el capitán teniente Luis Gil, el comandante teniente Pío Pérez y los tenientes  Juan Gómez, Luis Molina y Arcadio Blanco.



Monumento dedicado en Alicante a Boné y sus compañeros.



      Poco a poco el cerco se fue estrechando en favor de las tropas de Federico Roncali. El capitán de carabineros al mando de la guarnición del Castillo de Santa Bárbara, que era amigo íntimo de Pantaleón Boné, negoció a sus espaldas la entrega de la ciudad, cortando las comunicaciones entre el castillo y la ciudad. Asímismo, los extranjeros residentes en Alicante se refugiaron en los barcos de su nacionalidad llegados para protegerlos. El levantamiento liberal decaía y finalmente las tropas del general Espartero tomaron la ciudad.




Malecón del puerto de alicante donde fueron ejecutados Boné y sus compañeros.



      El día 14 de febrero de 1844, al amanecer, fueron fusilados en la tapia del Panteón de los Guijarro, en Villafranqueza, los 7 oficiales de Boné capturados en la escaramuza cerca de Elda ocurrida el 5 de febrero. En cuanto a Pantaleón Boné y sus 23 compañeros, fueron fusilados en hilera por la espalda, el 8 de marzo en el Malecón (ahora denominada Explanada de España) del puerto de Alicante.1 El historiador y periodista, Nicasio Camilo Jover, al relatar la derrota de Boné, escribió en relación a los soldados de Espartero:

El pueblo presenció la entrada de las tropas silencioso y triste.

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