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martes, 12 de marzo de 2013

Conquista de Jimena de la Frontera 1431

12 de marzo de 1431.-


     El Mariscal de Castilla, Pedro García de Herrera conquista la villa de Jimena de la Frontera. García de Herrera, destacado como frontero en Jerez por Juan II desde la ruptura de hostilidades en 1430, supo, a través del adalid Juan Biudo, que había una posibilidad de conquistar la villa y no dudó. Comenzó  la preparación del asalto de Jimena.



Sepulcro de D. Pedro García de Herrera y su mujer, Doña María de Ayala

     El 10 de marzo, con trescientos hombres de armas y jinetes y doscientos cincuenta peones, D. Pedro salió de Jerez. Al día siguiente, lunes, puesto el sol, llegó a dos leguas de la villa y se ocultó en el valle de una gran montaña. Al caer la noche, cincuenta jinetes y cien peones se acercaron a Jimena, dejando los caballos para no ser oidos, a media legua de ella.




Puerta del castillo de Jimena.

       Según la crónica, la noche era muy oscura y ventosa. Cerca de la muralla del castillo, los cristianos oyeron decir a un centinela que había sentido ruido como de gente, por lo que tuvieron que echarse al suelo y permanecer así una media hora. Afortunadamente, en ese espacio de tiempo se cambiaron las guardias, momento que aprovecharon los asaltantes para llegar hasta el muro y poner una escala de madera entre dos torres. Los primeros en subir fueron cuatro soldados que al ser descubiertospor dos moros que allí había, comenzaron a pelear con ellos hasta que los encerraron en la torre del homenaje, donde había otros tres moros que comenzaron a defenderse desde allí. Mientras tanto, los castellanos subían por la escala de madera y por dos cuerdas que desde arriba les habían lanzado sus compañeros. Un soldado abrió la puerta falsa del castillo para que entrase mejor el resto de la tropa, pero no pudieron pasar, ya que desde otra de las torres les arrojaban grandes piedras.


Soldados castellanos.


      Pese a ello se consiguió dominar la fortaleza, tras lo que se mandó aviso al Mariscal que entró en ella con toda la gente antes del alba del día 12. Ese mismo día por la mañana se rindieron los cinco moros de la torre, momento en el que los castellanos salieron a enfrentarse a la guarnición de la villa, a los que consiguieron dominar y rendir. Fueron hechos prisioneros unos 530 moros, además de otros 300 pobladores de la villa que fueron cautivados. el botín de oro, plata, joyas y otras ricas preseas fué inmenso. A la puesta del sol de ese día llegaron refuerzos para consolidar el dominio de la conquista: 450 jinetes y 600 peones de Jerez, Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia y Arcos.



Miniatura medieval que representa un combate entre moros y cristianos.


     De la importancia de Jimena de la Frontera nos habla la reacción inmediata en campo castellano. Al saberse la noticia, en Sevilla se preparó una expedición con el Pendón de la ciudad al frente que llegó a reunir  tres mil caballeros y quince mil infantes. A ella se sumaron los condes de Niebla. D. Enrique de Guzmán, y de Medellín, luego de Arcos. D. Pedro Ponce de León, el Almirante D. Fadrique y otros grandes señores. Pretendían aprovechar el éxito y hacer una importante cabalgada en tierra de moros, pero un gran temporal de lluvias lo impidió.


Mesnadas castellanas preparadas para el combate.


     D. Pedro García de Herrera se había cubierto de gloria y durante generaciones se le conocería como: "el que tomó Jimena". La villa quedó totalmente despoblada tras su conquista ya que fué muy dificil su repoblación por cristianos, por lo que volvió a su carácter puramente militar durante mucho tiempo.

    Rafael Sanchez Saus
   Universidad de Cádiz.

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