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domingo, 31 de marzo de 2013

Batalla de Bocachica. 1814

 31 de marzo de 1814.-

     Se produce la Batalla de Bocachica, enfrentamiento armado entre las fuerzas independentistas venezolanas  y las realistas en el marco de la Guerra de Independencia Venezolana.
La batalla ocurrió cerca de San Mateo estado Aragua, las fuerzas republicanas se encontraban bajo el mando de Santiago Mariño y las realistas bajo la conducción de José Tomas Boves.
Ambos ejércitos estuvieron enfrentados desde la mañana hasta el final de la tarde en que, vencidos por la fatiga, emprendieron la retirada; Mariño hacia La Victoria y Boves hacia Valencia.



José Tomás Boves Iglesias.


     En  Camatagua se habían reunido las fuerzas que, bajo el mando del general Santiago Mariño, avanzaban hacia el Centro en refuerzo de las operaciones desarrolladas por Simón Bolívar. Allí fue nombrado el coronel Mariano Montilla, jefe del Estado Mayor General y el coronel Leandro Palacios, comandante de la vanguardia. Los efectivos de Mariño sumaban unos 3.500 a 4.000 hombres la mayoría de caballería. José Tomás Boves, empeñado en un ataque contra Bolívar en San Mateo, en conocimiento del avance de Mariño, se puso en movimiento en la dirección de esa población. Informado de la aproximación de los realistas, el jefe republicano decidió presentarles batalla y al efecto, se estableció defensivamente en Bocachica en las cercanías de esa población.


Caballería de Boves.


      El 31 de marzo, en horas de la mañana, se presentó Boves a la cabeza de unos 4.000 combatientes, la mayor parte de caballería. Al empeñarse el combate, las fuerzas realistas fueron rechazadas, gracias a la eficacia de los fuegos, particularmente los de artillería. Trató Boves de hacer un desbordamiento, pero fracasó en su intento, porque el terreno de los flancos de la posición, escarpado en extremo, no era apto para la maniobra. Varias veces cargaron los realistas, con iguales resultados; hasta que, en las últimas horas de la tarde, fatigados y diezmados los atacantes y agotadas sus municiones, emprendieron la retirada hacia Villa de Cura y de allí a Valencia por Güigüe, perseguidos de cerca por una columna de infantería y caballería destacada por el Libertador desde San Mateo. 


Santiago Nariño.


 Por su parte, el general Mariño se retiró por la serranía del Pao de Zárate, en dirección de La Victoria.

CARTELES REPUBLICANOS DE LA G.C.E. (19)









































SEGUIRÁ................

Expulsión de los judíos de España 1492

31 de marzo de 1492.-



     Se firma en la Alhambra de Granada el Decreto de la Alhambra o Edicto de Granada por los reyes recién llamados Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, en el cual se obliga a todos los judíos de la península Ibérica a convertirse al catolicismo o ser expulsados. Por motivos logísticos se extendió este plazo hasta el 2 de agosto a las doce de la noche. Fernando el Católico firmaba otro para el reino de Aragón. Ambos partían de un mismo borrador elaborado por Tomás de Torquemada, inquisidor general en España.


Firma del decreto de expulsión de los judíos, de Emilio Sala.
 


       Los Reyes Católicos no eran en absoluto racistas y contaban en la administración con judíos que ocupaban puestos de responsabilidad evidente. La medida, sin duda polémica, debe entenderse desde el concepto de comunidad, dentro de un contexto de paz reciente y en un proceso de madurez monárquica. La monarquía dejaba de ser la institución paternalista de la Edad Media y pasaba a convertirse en una proyección de sus comunidades. La comunidad castellana, como la gallega, la navarra o la aragonesa, se definían por su credo y por su ley. En la nueva monarquía no cabían dos rangos de ciudadanía. Quien no cupiera en la comunidad establecida, debía marcharse.


Copia sellada del edicto de Granada.


       Se sospechaba que muchos judíos profesaban en secreto su antiguo credo y de ahí surgieron rumores, a menudo improbables y en cualquier caso muy residuales, de que dichos falsos conversos practicaban rituales sacrílegos e incluso sacrificios humanos. Verdad o no, los rumores elevaron el rechazo que ya existía hacia los judíos, cuyos hábitos eran desconocidos y su modo de enriquecerse a través del préstamo con interés, considerado un pecado de usura, ofendía al ciudadano común. Con justicia o sin ella, no cabía duda de que el problema judío quebraba la paz dentro de la comunidad.



Mapa de la Diáspora judía.


       La expulsión se produjo dentro de una tendencia muy establecida en Europa. Desde el siglo XIII al XVI, fueron muchos los países europeos que expulsaron a sus judíos. España en 1492 se encuentra en medio de una serie de 15 expulsiones, siendo precedida por Inglaterra, Francia, Alemania y muchos otros, y fue sucedida por al menos cinco expulsiones más. Así que España no constituye una excepción a lo que ha sido una trágica historia de la vida de los judíos entre los pueblos cristianos.



Joaquín Turina, Expulsión de los judíos de Sevilla.



      La expulsión supuso que las sociedades castellana y aragonesa perdieran a figuras tan ilustres del mundo cultural y científico como Abraham Zacuto (astrónomo y cosmógrafo), Salomón ben Verga (escritor), Isaac Abravanel (consejero de los Reyes y escritor), su hijo León Hebreo además de otros muchos.
Traducciones de la santa Biblia como la Biblia de Alba o la de Ferrara, que llevaron a muchas otras como la de Reina y Valera o la inglesa de King James, no pudieron seguir siendo desarrolladas.
 Las estimaciones de la cifra total de judíos que salieron de España son muy dispares, pero abarcan desde los 50.000 a los 200.000 individuos. En Aragón la población hebrea era poco abundante, por lo que la pérdida demográfica supuso unos 10.000 o 20.000 habitantes. Por el contrario en Castilla eran numerosos.



La expulsión de los judíos supuso una importante pérdida de población en España.


       Para los Reyes Católicos la expulsión de los judíos suponía un serio revés económico. No cabe, pues, la interpretación de la expulsión en clave económica suponiendo que se cometió una expropiación de bienes. La medida exigía dos garantías para que hubiera evidencia de que se perseguía un credo y no una raza. Una fue precisamente la libre disposición de bienes y la otra, un plazo de cortesía que daba la oportunidad de acoger el catolicismo y evitar la expulsión. Los Reyes promovieron esta última y el clero intensificó su predicamento prometiendo grandes privilegios a los conversos, aunque la mayoría de los judíos escogió libremente el exilio.


Partida de España.


       Los judíos españoles encontraron el Imperio Otomano una segunda patria en la que, aunque sometidos a vejaciones y a una fuerte presión fiscal, la comunidad sefardita se convirtió en el centro donde brillaron los miembros de la familia Nasi.

viernes, 29 de marzo de 2013

Promulgación de la Pragmática Sanción 1830


 29 de marzo de 1830.-


      Fernando VII promulgaba la Pragmática Sanción que dejaba sin validez la antigua Ley Sálica. Desde que comenzó su reinado no hubo más heredero al trono que su hermano don Carlos. De pronto, en unos pocos meses, todas sus opciones se iban al traste. Don Carlos no era un mal candidato, pero era de ideas tradicionalistas, partidario de una monarquía fuerte y de talante más entero que el veleta de su hermano. Por tanto la opción de don Carlos no gustaba nada a los liberales, que estaban llenos de proyectos de futuro.
En mayo de 1929, la muerte de la reina Josefa Amalia cambió de pronto el panorama. El Rey estaba achacoso pero no tenía más de cuarenta y cinco años. Fernando quería un heredero y, para alegría de los liberales, contrajo matrimonio con María Cristina de Nápoles.



La reina de España Maria Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

    La infanta Luisa Carlota, hermana de la prometida, mediaría en la elección. Los liberales cubrieron de loas a la nueva Reina, educada en una de las cortes más reaccionarias de Europa. El interés traza curiosas alianzas. En menos de un año el Rey anunciaba un descendiente, la infanta Isabel, y en marzo de 1830 promulgaba la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica.


Fernando VII  promulgando la pragmática sanción.


      La Ley Sálica había sido implantada por Felipe V, rompiendo con el viejo orden sucesorio de Castilla implantado en Las Partidas de Alfonso X el Sabio, que daba prioridad al varón pero dejaba reinar a la mujer en ausencia de descendientes masculinos. La Pragmática Sanción restablece la legislación de las Partidas, las tradicionales leyes castellanas por las cuales la descendencia femenina podía acceder al trono. En primer lugar en el documento se habla de la intención del rey Carlos IV, padre de Fernando VII, de restablecer la ley de las Partidas en 1789.


Portada de la pragmática sanción en una edición de principios del siglo XX.

      Con todo, el problema sucesorio no estaba resuelto. Los partidarios de don Carlos, bien organizados después de todo un reinado aguardando su momento, ejercieron una presión considerable, presagiando el peligro de un conflicto civil ante la juventud del sucesor y el largo periodo de regencia que se esperaba. Las presiones dieron resultado y el Rey ordenó derogar la Pragmática Sanción. Buena noticia para los carlistas. Aún quedaba una última jugada, que contó con la connivencia de María Cristina, la cuñada del Rey, y el Partido Liberal. Luisa Carlota consiguió entrar en La Granja y persuadir al Rey para revertir el proceso y derogar la Ley Sálica, y así se hizo el 28 de septiembre de 1832. No habría más movimientos y un año después moría el monarca. La inevitable consecuencia sería la guerra.


Carlos María Isidro, pretendiente al trono de España por cuya causa se iniciaron las guerras carlistas. Curiosamente nació un 29 de marzo.

jueves, 28 de marzo de 2013

Batalla de Medellín 1809



28 de marzo de 1809.-

      Durante la guerra de Independencia española, se libra la batalla de Medellín entra las tropas españolas mandadas por el General Gregorio García de la Cuesta, y las francesas mandadas por el Mariscal Claude Víctor.
     El general Gregorio de la Cuesta, al mando del Ejército de Extremadura de unos 13.000 infantes, 2.000 jinetes y 30 cañones, expulsó a la guarnición francesa de Almaraz el pasado 29 de enero, tras un reñido combate en el puente de la localidad. El rey José Bonaparte da órdenes al mariscal Víctor que marche contra ellos con el 1º Cuerpo de Ejército francés, de 14.500 infantes, 4.200 jinetes y 48 piezas.


General Gregorio García de la Cuesta




      El día 18 de marzo Cuesta ordena a su ejército replegarse. El 27 se les une el Duque de Alburquerque con 4.400 hombres; el mariscal Víctor avanza dividido por Mérida y Medellín, donde el general Cuesta decide marchar al día siguiente para atacarle.


Los dos ejércitos formados para el combate.





     El día 28 de marzo, los 19.400 españoles del general Cuesta se desplegan formando una media luna de una legua de largo desde la orilla del río, por delante de Don Benito, hasta Mengabril. A las 11:00 horas se presenta Víctor con 17.500 soldados, cruzando el Guadiana por el puente de Medellín.


  
Plano de la batalla.



      Los jinetes hispanos atacan a la infantería francesa, obligándola a retroceder y formar en cuadros, hasta hacer perder terreno al enemigo, y así resisten durante horas; en otros puntos se agrupan en líneas cerradas barridas por la artillería española. Cuesta ordena que el ala izquierda española avance sobre la derecha francesa para envolverla. Nuestros soldados, confiados ya en la victoria amenazaban a los franceses con no dar cuartel, pero un incidente inesperado trocó la victoria en la más espantosa derrota.


Artillería española en acción.


      Cuando el ala izquierda del ejército español se dispuso a asaltar una batería francesa de diez piezas,  los dragones franceses al mando de Latour-Maubourg amagaron una carga para repeler el ataque, ahuyentando a la caballería española del flanco izquierdo, que realiza una de las peores desbandadas conocidas, arrollando a su propia infantería y derribando al propio general Cuesta al suelo, con su Estado Mayor. En vano el coronel del regimiento de Jaén José de Zayas, que marchaba ya sobre la batería enemiga al frente de una columna de granaderos, trata de parar la riada de fugitivos, pero todo es inutl, los regimientos de caballería Infante, Almansa y dos escuadrones de los Cazadores Imperiales de Toledo huían descompuestos embargados por el terror, dejando solos a sus compañeros que caían acuchillados por los dragones franceses, siendo los heridos rematados en el suelo a bayonetazos por la infantería francesa que los precedía.

Carga de los dragones franceses.




    La infantería hispana del flanco izquierdo queda expuesta, siendo dispersada y masacrada en el subsiguiente asalto de la caballería francesa, que luego carga contra el centro, hasta batir el ala derecha, donde el Duque de Albuquerque resiste mientras los españoles huyen en desorden; la lucha en sí duró menos de cinco horas.



Caballería francesa en persecución de los fugitivos.



     Los franceses persiguen a los fugitivos sin darles cuartel, quedando los campos llenos de cadáveres. Los españoles sufren más de 10.000 bajas entre muertos y heridos, otros 2.000 caerían prisioneros; los franceses tienen unas 4.000 bajas.



Portaestandarte del Rgto. de Caballería de Línea Infante





     Los supervivientes españoles se reagrupan en Monasterio, y de allí se retiran a Sevilla; el general Cuesta castigará a las unidades que se retiraron, destituyendo al coronel del Infante Joaquin Astrandi y a otros jefes,  y castigando a la tropa privándoles del uso de pistola.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Capitulación del fuerte de Santa Tecla 1776

 27 de marzo de 1776.-


      Dentro del contexto de la guerra hispano-portuguesa de 1776-1777,  fuerzas portuguesas compuestas por unos 1.500 hombres al mando del sargento mayor Rafael Pinto Bandeira, lograron rendir a los 200 españoles al mando del capitán  Luis Ramírez que defendían el fuerte de Santa Tecla, en la Banda Oriental. Hasta cinco veces atacaron los portugueses las posiciones españolas y otras tantas fueron rechazados, hasta que faltos de víveres y municiones, se vieron obligados a capitular, concediéndoles el jefe enemigo el salir del fuerte con todos los honores de la guerra, siendo incendiado y arrasado al día siguiente.




Fuerte de Santa Tecla.


     El Fuerte de Santa Tecla fue una fortificación construida por la Corona de España sobre el río Negro, cerca de la desembocadura del río Piraízinho (en español Piraizito), en el límite de la jurisdicción de la Gobernación de las Misiones Guaraníes (estancia de San Miguel) y la de Buenos Aires, cerca de las fronteras avanzadas del Brasil, en el estratégico y relativamente elevado lugar de reunión de serranías o cuchillas y nacientes de aguas llamado Nudo de Santa Tecla.


División de las Misiones después del Tratado de Madrid en 1750.

     El fuerte fue motivo de desavenencias entre los demarcadores del Tratados de San Ildefonso y debido a su valor estratégico, el primer virrey del Río de la Plata, Pedro de Cevallos, lo mando reconstruir en 1778. El sitio (hoy en plena ciudad de Bagé) era estratégico al estar ubicado cerca del nudo orográfico también llamado de Santa Tecla que, en la Cuchilla Grande, es lugar de nacientes de varios importantes ríos: el Negro oriental, el Piraizito, el Santa María y el Yaguarón. Por tal sitio entraban los contrabandistas portugueses tras previamente haber seguido el camino que une de norte a sur a Río Pardo, Encrucijada del Sur y Cazapava.

domingo, 24 de marzo de 2013

Acción de los Yébenes, Toledo 1809

24 de marzo de 1809.-



      En su camino hacia Andalucía, el 20 de marzo de 1809 salió el regimiento polaco de Lanceros del Vístula de Toledo, junto al resto de tropas del General Sebastiany, rumbo a Sierra Morena y en la tarde del día 23 llegaron a la villa de los Yébenes, mientras que la infantería y la artillería quedaban en la cercana de Mora.


Regimiento de Lanceros del Vístula



      Esa noche los centinelas escucharon ruidos sospechosos, informando de ello al Coronel, “ pero este calmó a todos sus inferiores, asegurándoles que el enemigo estaba a varios días de marcha de aquí, cerca del río Guadiana”, pero se equivocaba, ya que frente a el y oculto por la niebla se hallaba el nuevo Ejército de la Mancha, mandado por el Conde de Cartaojal, el cual a las 7 de la mañana lanzó un ataque de frente contra los lanceros, que en esos momentos acababan de levantarse.
     El Coronel logró formar a sus hombres a la entrada de la villa, pero tan pronto como se apercibió de su clara inferioridad numérica ordenó la retirada de todo su regimiento por el único camino posible, uno de subida, estrecho y serpenteante que conducía a Orgaz, y por el que poco antes habían emprendido ya la retirada los carros y bagajes del Rgto., ignorando que en dicho camino les esperaban apostados los Carabineros Reales de la caballería del Vizconde de Zolina.

Uniforme de los carabineros reales.

    

       Apenas iniciada su marcha tropezaron los lanceros con sus carros, que regresaban en desorden perseguidos por los Carabineros, y ante tal situación, atacado de frente y también por su retaguardia en un estrecho camino, dispuso el Coronel una carga desesperada de sus hombres, logrando romper las filas de los jinetes españoles que les cortaban el paso, y salvar a una buena parte de sus hombres, pero no así a sus carros, que quedaron abandonados sobre el camino, grácias a la acción del capitán de Lanceros de Ubrique Francisco de Saliquet, que al frente de su escuadrón cargó contra los polacos, haciendose acreedor por ello a la Cruz Laureada de San Fernando.

       En el violento combate, al abandonar los polacos los carros con los pertrechos, no se percataron de que en uno de ellos iban los cuatro estandartes de cada uno de los escuadrones que componían el regimiento. Estos estandartes habían sido un regalo personal de Josefina, esposa de Napoleón.



Estandarte del 2º escuadrón de Lanceros, actualmente depositado en la catedral de Sevilla.


     Efectivamente, el Regimiento había perdido sus 4 estandartes, lo cual ya de por sí era suficientemente grave, pero para colmo había sido por desobedecer una orden superior, según la cual deberían haberlos dejado en Madrid a buen recaudo. Como consecuencia de este hecho se le privó del derecho a recibir nuevas enseñas, incluso después de que en la Albuera ( 16-V-1811) lograsen tomar “heroicamente” 6 banderas a la infantería británica, en el curso de una carga “ legendaria”.
Este Rgto. dejó de existir como tal en Sevilla, por decreto Imperial del 18 de junio de 1811, sirviendo de base para el nuevo “ 7º Rgto. de caballos ligeros lanceros” ( Chevau-Légers-Lanciers). 



Estandarte del 1º escuadrón, que estuvo también en la catedral de Sevilla y  pasó hacia 1910 y por medios  truculentos al Musée de l’armee ( Paris), en cuyos almacenes se encuentra actualmente, enmarcado entre dos cristales, y sin referencia alguna a haber sido tomado por los españoles. Del tercer y cuarto estandarte, se cree que fueron robados cuando los franceses ocuparon la ciudad hispalense.


       El parte oficial de la acción, escrito por Cartaojal el día 29 y publicado en la Gaceta del 1 de abril, informaba de las bajas sufridas por los lanceros: “ 98 prisioneros, y 3 oficiales, y se dejaron en nuestro poder un estandarte, caballos, lanzas y equipages".  Y una nota posterior, dirigida por el mismo Cartaojal a la Junta Suprema de Sevilla, añadía “haberse cogido 2 estandartes mas al Regimiento polaco en Yébenes, hallados en la maleta de un oficial muerto en el campo de batalla”.

CARTELES REPUBLICANOS DE LA G.C.E. (18)









 

































SEGUIRÁ..............