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martes, 7 de agosto de 2012

7 de Agosto de 1604.-

     Antonio de Oquendo,  que había partido del puerto de Lisboa el 15 del mes anterior y llevaba como misión dar caza a un corsario inglés que con dos buques atacaba y extorsionaba a los pueblos de Andalucía, Galicia y Portugal, al alba del 7 de agosto encontró a su enemigo en el Golfo de Cádiz.

Antonio de Oquendo.

     El corsario le abordó, metiéndole cien hombres dentro de su buque, Oquendo, al cabo de dos horas de combate, batió a todos, habiendo muchos muertos y heridos de ambas partes. El corsario trató de desaferrarse para huir, pero Oquendo entró con su gente, apresándolo. El otro buque, que se había estado batiendo al cañón con la “Dobladilla”, huyó a toda fuerza de vela y no pudo ser alcanzado. Los españoles quedaron muy averiados, arribando a Cascais. Fue recibido triunfalmente en Lisboa, felicitado por el rey Felipe III y por su capitán general don Luis Fajardo.

Buque de la escuadra de Antonio de Oquendo.



7 de Agosto de 1819.-
     Se produce la batalla de Boyacá, en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de la ciudad de Tunja. La batalla fue la culminación de 77 días de la campaña iniciada desde Venezuela por Simón Bolívar para liberar el Virreinato de Nueva Granada.
     El Ejército Realista  y el ejército independentista se enfrentaron en el campo de Boyacá. Cada uno tenía un objetivo diferente: El Ejército Realista tenía como misión tomar Santa Fe de Bogotá, por lo que el comandante del ejército realista no quería presentar batalla debido a la escasez de tropas, y el Liberador deseaba impedir a toda costa esta maniobra.
     El Ejército Liberador, conformado por 2.850 combatientes entre criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros estaba comandado por el general Simón Bolívar; la vanguardia, por Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui.


Batalla de Boyacá.

     Por su parte, el Ejército Realista  estaba conformado por 2.670 soldados, de los cuales 2.300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. Su Comandante General era el coronel José María Barreiro; el Jefe del Estado Mayor, el Coronel Sebastián Díaz y lo comandaba el Teniente Francisco Jiménez. Simón Bolívar aprovechó las oportunidades de su estadía en Tunja para vigilar los pasos del enemigo. Fue entonces cuando los patriotas treparon por matorrales y se presentaron de improvisto al Ejército de Barreiro en el puente de Boyacá.


El final de la batalla.

     En la lucha y el combate intenso se destacó la acción decisiva de las fuerzas independentistas del General Anzoátegui en el centro y el General Francisco de Paula Santander en la Vanguardia contra el centro realista. La Legión Británica y el Batallón Barcelona avanzaron con heroísmo destrozando diversos flancos de los Batallones Realistas. Por su parte el General Santander y la Vanguardia atacaron vigorosamente a la Vanguardia Realista; y los «Guías de Apure» buscaban un lugar para vadear el riachuelo Teatinos, el cual obtuvieron a 300 metros más abajo del puente, trepando la ladera para alcanzar las tropas realistas del teniente Jiménez. Este ataque frontal contra las fuerzas de Barreiro, impulsó: desorganización y la fuga masiva influyendo decisivamente en la derrota Realista.

José María Barreiro Manjón (Cádiz 1793-Bogotá 1819)

      Barreiro y otros 37 oficiales españoles hechos prisioneros el día de la batalla, fueron ejecutados el 11 de octubre de 1819 por orden de Francisco de Paula Santander, dentro de la consigna de guerra a muerte, lo que dá idea de los principios "liberales" de los "libertadores".

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