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jueves, 19 de julio de 2012

19 de Julio de 1195.-

     Tiene lugar la batalla de Alarcos librada junto al castillo del mismo nombre, situado en un cerro a cuyos pies corre el río Guadiana, cerca de la actual Ciudad Real, entre las tropas de Alfonso VIII de Castilla y las almohades de Yusuf II.

Miniatura de la Reconquista.

     La ciudad de Alarcos delimitaba el territorio separaba  Castilla de Al-Ándalus. Hacia 1190 Yusuf II y Alfonso VIII habían hecho un tratado de pacificación, comprometiéndose a no intentar invadir los respectivos territorios en poder de Alfonso VIII y Yusuf II, respectivamente. Cuando ese pacto llegó a su fin, el rey de Castilla comenzó a fortificar la ciudad. Una expedición dirigida por el arzobispo de Toledo, entró y saqueó el taifa de Córdoba, lo que determinó la acción  musulmana.
.     El ejército del Califa Yusuf Al-Mansur estaba formado por voluntarios andaluces y Benimerines asi cómo por la nobleza Almohade. Su número se estima en unos 30.000.

Jinete ligero almohade.


     El ejército de Alfonso VIII, estaba formado por mercenarios, los Caballeros de Toledo y los Caballeros de las Ordenes Militares de Calatrava y Santiago así cómo por voluntarios portugueses de la Orden de Evora. Su número se estima en unos 10.000.

Caballeros de las Órdenes de Calatrava y Santiago.

    El núcleo del ejército musulmán era su caballería ligera con arqueros y el núcleo del ejército cristiano era su caballería pesada con jinetes y caballos con armadura. Además los Almohades incorporaban dos adelantos tácticos muy importantes: La Ballesta masivamente y la Milicia o Movilización General de todos los hombres disponibles, lo que les daba superioridad númerica frente a los ejércitos cristianos de la Peninsula Ibérica, que estaban formados por Mercenarios y Militares profesionales tales cómo las Órdenes Militares y los Caballeros, pero que eran muy pocos en número en comparación.
      Alfonso VIII de Castilla debería haber esperado a que llegasen las tropas leonesas y navarras que estaban de camino, pero decidió dar batalla a los almohades en solitario.
     La caballería pesada de don Diego López de Haro, señor de Vizcaya, se lanza contra la vanguardia almohade que aguanta como puede la embestida ante un enemigo mejor armado, pero inferior en número. Las cosas parecen ir bien al principio para los castellano, pero fue un espejismo.
 
Batalla de Alarcos.

      Sin darse cuenta, la caballería ligera almohade comienza a posicionarse en los flancos descansada ya que no había intervenido en la batalla. Sin embargo, los castellanos comienzan a acusar el esfuerzo de enfrentarse a un enemigo que no duda en ofrecer su vida con tal de dejar empantanados a sus atacantes y rodea a la vanguardia castellana. La téctica almohade en ese momento es atacar en oleadas, es decir, la caballería ligera ataca y retrocede a sus líneas, así, la caballería pesada castellana vá siendo diezmada y la moral de las tropas de reserva va disminuyendo al ver la masacrar a sus compañeros.
     El ejército castellano no estaba preparado para aquella nueva táctica y finalmente se vieron en la necesidad de huir, sufriendo así una tremenda derrota. Diego López de Haro, por su parte, trató de abrirse paso a toda costa, teniendo finalmente que refugiarse en el inacabado castillo, que tras haber sido cercado por 5.000 hombres, tuvo que rendir.
 
Fosa común donde reposan los restos de guerreros castellanos exhumados en las excavaciones de Alarcos.


     A los pocos supervivientes, entre ellos López de Haro, se les permitió marchar y se retuvieron 12 caballeros como rehenes para el pago del rescate. Entre los castellanos que murieron en la batalla se encontraban los obispos de Ávila, Segovia y Sigüenza, Ordoño García de Roda, Pedro Ruiz de Guzmán y Rodrigo Sánchez; así como los Maestres tanto de la Orden de Santiago, Sancho Fernández de Lemus, como de la portuguesa Orden de Évora Gonçalo Viegas. Las pérdidas también resultaron elevadas para los musulmanes.
 
Puntas de flecha encontradas en las excavaciones de Alarcos.


     Para los Calatravos su primera batalla fue una gran masacre, murió en el campo de batalla su Maestre y gran número de sus Caballeros que desde ese día y en homenaje cambiaron su Cruz Negra por una Cruz Roja, por la sangre derramada.


Cuz de la Orden de Calatrava.

     Además, tras la derrota de Alarcos, los enfurecidos musulmanes mataron a los habitantes de la cercana aldea del Pozo de Don Gil, hoy Ciudad Real, y asaltaron y mataron a los supervivientes Calatravos de la batalla que se habían refugiado en el castillo de Salvatierra,  quedando este en poder musulmán durante diecisiete años.

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