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miércoles, 6 de junio de 2012

6 de Junio de 1808.-


     Tiene hoy lugar la primera batalla del Bruch

     El 4 de junio de 1808 una columna francesa comandada por Schwartz salió de Barcelona en dirección a Lérida y Zaragoza. También tenía la orden de pasar por Manresa e Igualada. Los efectivos de la columna francesa sumaban 3.800 hombres. Para llegar a Manresa, debían forzar el paso del Bruch.
El mismo día 4 un gran aguacero sorprendió a la columna francesa, que se refugia en Martorell. Esta situación permitió organizar la acción del Bruc, que tuvo lugar el 6 de junio de 1808. Las fuerzas que se enfrentaron a los franceses estaban encabezadas por soldados del Regimiento de Soldados Suizos número 1 de Wimpffen y soldados desertores valones escapados de la guarnición de Barcelona. Los voluntarios y somatenes catalanes que se incorporaron a la batalla provenían de Manresa y su corregimiento, así como de Igualada y sus pueblos vecinos. Fueron encabezados por el igualadino D. Antonio Franch y Estalella.
     En total llegaban a unos 2.000 hombres. El resultado de la emboscada estratégica fue la retirada de la columna francesa, con 300 hombres muertos y uno de los cañones perdido al hundirse el puente de Abrera, cuando se retiraban en dirección a Barcelona.


Al pie del collado hay un monumento erigido en homenaje al tambor del Bruch que recuerda la gesta.
Viajero, para aquí
que el francés también paró
el que por todo pasó, no pudo pasar de aquí


     La moderna investigación histórica ha comprobado la presencia en la primera acción del Bruch de un tamborcillo de Sampedor llamado Isidro Llusá, y de otro de Igualada denominado Benito Malvehí, así como de un vecino de Piera de nombre Miguel Rigol, que había sido trompeta de Caballería, los cuales, con sus respectivos instrumentos, animaron a los combatientes en aquella gloriosa acción.

     En sus memorias, el capitán de Ingenieros francés Laffaille escribió lo siguiente:
    "Así, desde el primer día de las hostilidades, los catalanes, todavía sin jefes y casi sin armas, vieron a nuestras tropas huir delante de ellos. La noticia de un éxito tan inesperado, el primero alcanzado por los españoles en esta guerra, se extendió con la rapidez del relámpago y con toda la exageración del orgullo nacional. Ella acabó de inflamar los espíritus, ya demasiado predispuestos a un levantamiento ... La Insurrección estalló por doquier ... Juntas o Comités insurrecionales se formaron en todas las cabezas del corregimiento"



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